viernes, 28 de junio de 2013

El mundo de la decoración rinde su particular homenaje a la bombilla incandescente

Lo seres humanos, muchas veces, sentimos nostalgia por lo que desaparece, por la importancia que algo tuvo en el pasado y es por ello, por lo que gustamos de honrar lo desaparecido con homenajes... Y me parece bien. Cuando aún hoy en muchas viviendas se mantienen todavía las bombillas incandescentes clásicas a pesar de que les quedan pocos días porque en los establecimientos ya prácticamente han sido sustituidas por las led, halógenas o de bajo consumo, ha surgido en decoración un deseo inconsciente y nostálgico de rescatar y homenajear esa estética de la bombilla clásica que, desde que Thomas Edison la patentara y la comercializara en 1880, nos ha acompañado a lo largo de los siglos. 

Las primeras bombillas eran de filamento de carbono y sus filamentos se iluminaban de una forma especial.


Luego fueron sustituidas por las de filamento de wolframio cuyos filamentos se encendían con una apariencia distinta a la anterior.



Las bombillas convertidas en lámpara por sí mismas se muestran hoy de rabiosa actualidad como homenaje a esa estética de la bombilla que tantos y tantos años nos ha acompañado, muchas veces en el silencio, cediendo todo su protagonismo a la materia y forma que la ocultaba en carcasas, tulipas, pantallas, estructuras, etc. Ahora se reivindican desnudas, recuperando todo su esplendor y protagonismo merecido: con sus casquillos a la vista, con cables de colores que las destacan, agrupadas a diferentes alturas e incluso formando grandes ramilletes con cantidades amontonadas de ellas defendiendo aún más con su abundancia su no olvido.

Pero no sólo se ha vuelto a la estética de la bombilla desnuda tal y como la hemos conocido todos sino que incluso se han lanzado bombillas que imitan la luz que emitían las primeras bombillas de filamento de carbono (primera foto) para, de este modo, conseguir aún más ese ambiente vintage y recuperado que tan de moda está.

Un merecido homenaje del mundo de la decoración a la figura de la bombilla clásica incandescente ahora que parece estar abocada a una irremediable desaparición por poco eficiente al ser sustituida por otras de apariencia y tecnología distintas. Me sumo a este homenaje (aún me cuesta encontrar en algunos de los nuevos sistemas de iluminación la calidez amarilla de las bombillas incandescentes...) con el post de hoy .

Os dejo unas cuantas imágenes de ambientes actuales decorados con esas bombillas desnudas convertidas en lámparas que tan de moda se han puesto.





 



 














Algunas compañías como Lee Broom incluso han convertido la bombilla en un elemento de lujo, tayado casi como una gran joya. Me encantan!!:



Os dejo con algunos enlaces donde podéis encontrarlas:


Y os dejo con una curiosidad, ¿queréis saber dónde está y cuántos años tiene la bombilla más vieja del mundo aún en funcionamiento?  Podéis verlo pinchando aquí.

Espero que os haya gustado.

Feliz viernes!!!

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